sábado, 24 de octubre de 2009

Un simple caramelo...

Le miré a los ojos y sonreí, de sus manitas pequeñas salió con timidez un caramelo, me miró mientras chupaba una piruleta, se amplió su sonrisa y posó en mi mano su preciado tesoro y me dijo: - para ti.

Yo lo tomé y haciendole una mueca de cariño le hice cosquillas y a cambio me devolvió el sentido de las cosas buenas, la creencia de una vida:

Una risa emocionada, sencilla, un abrazo espontáneo soltando su golosina, el calor de una pequeña personita abalanzándose hacia mis brazos, casi tirándome de la silla, rodeando mi cuello con fuerza, nerviosa, con satisfacción tan solo agradecida por haberle hecho reir con unas simples cosquillas y un simple caramelo... 

Así es. un dulce y cariñoso caramelo

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